sábado, 29 de mayo de 2010

Video. 23ª de Madrid. Por fin Las Ventas se ha apasionado.

Por Pedro Abad-Schuster

El video está en el link:
http://feriastaurinas.plus.es/player_video.html?xref=20100528pluutmtor_1.Ves

Madrid, viernes 28 de mayo de 2010. Casi lleno. cuatro toros de Palha, mansos pero con casta, 2° y 3° ovacionados en el arrastre, careció de buena presencia. Y dos toros del inolvidable maestro colombiano César Rincón de El Torreón (5° y 6°), bien presentados, encastados; cumplió el 5°en varas, noble y boyante después.

Jesús Millán: silencio, silencio. Fernando Robleño: pitos, oreja. Francisco Javier Corpas: pitos, silencio.

Hubo más toros que toreros y por lo mismo la gente, los aficionados, salimos discutiendo de toros. Pasión es una de las cualidades que caracteriza al auténtico aficionado a los toros. Y a los toreros, cuando abunda la casta suelen suceder dos cosas: o que los toreros se hallan ausentes, o que los presentes no pueden dar la talla correspondiente. Las opiniones hoy eran demasiados toros para lo poco placeados y capaces que se encontraban, Jesús Millán o Paco Corpas. Donde hubo que matizar y se enfrentaron los comentarios fue en el juicio de Robleño, por la estocada baja en la oreja ganada.

1° para Millán: de 575 kilos, de capa negra aunque listón, chorreado y meano, con dos cuernos delanteros, y un carácter manso, cabeceante, embestidor aunque a veces soso. El toro no terminó de entregarse, repuso alguna vez y tiro la cabezada en los remates demasiadas, ensuciando el muleteo. Nada consiguió sacar en limpio el aragonés.

2° para Robleño: de 535 kilos, negro, tocado, justo de hechuras –especialmente por detrás-, manso pero con casta, embistiendo aunque con la cara alta siempre. Debería Fernando haber iniciado el trasteo doblándose para bajarle los humos. Le dio distancia en los principios para pasarlo en paralelo, colocado al hilo y con algunas dudas y algún paso atrás. El diestro no le cogió el aire en ningún momento. Entera baja, mientras ovacionaban al toro en el arrastre.

3° para Corpas: anovillado y escurrido de 521 kilos, negro, manso encastadísimo desbordante, acudía con transmisión y alegría a los cites, largo y con ganas, sin que el diestro aguantase la mayor parte de las veces, mandándolo hacia allá con el pico, despegado por ambas manos. Un par de lances al natural, a base del extremo de la muleta., pero con mayor dominio de la situación y mando, que no tuvieron la oportuna continuidad, a pesar del uso y abuso del mentado apéndice muleteril. Algo sucio casi todo en el final, más en corto, no consiguió meter al toro en la muleta, ni al público en la faena. Pinchazo bajo y un metisaca costal, requirieron de un descabello.

4° para Millán: de 556 kilos, feote de hechuras, negro, delantero y manso. Empujó con la cara alta en la primera vara, cabeceó, se dejó pegar. Emotivo tercio de banderillas, Casanova no quiso dejarse ganar la partida por el toro y fue revolcado para volver a la cara del mismo y poner un par de valiente. Millán anduvo con demasiadas dudas y reservas de su anatomía, y el toro iría a peor enganchando la muleta, acortando el viaje y tirando cornadas. Tres pinchazos tirando la muleta al testuz.

5° para Robleño: cuando algunos pensaron que la corrida terminaría con la muerte del cuarto toro portugués, salió otro de El Torreón, encastado, noble y boyante, de preciosa lámina, colorado chorreado, bien puesto de cabeza, que casi cumplió en varas. Romaneó en el primer encuentro, al que acudió suelto y sin fijar en el caballo que salía, y luego se arrancó alegre a la segunda, de largo, cabeceando un tanto. Salió el toro dispuesto a tomar una tercera… pero don Trinidad -¡dimita ya, hombre de Dios!- nos cambió el tercio. Robleño no anduvo bien en los comienzos, reaparecieron las dudas, con la muleta a un lado y sin limpieza, lo que hizo que le tirara un recado el bicho que le rozó la cara y que se revolviese en alguna ocasión con problemas. Decidió entonces acortar distancias, pese a que el toro pedía largueza, y lo ahogó parcialmente. Ahogamiento que no impidió que siguiese yendo y metiendo la cara con clase en los medios pases que el diestro le enjaretó a partir de ese momento, con la muleta por detrás del muslo retrasado y metido entre los pitones. Lógicamente allí la longitud del lance era escasa. No obstante, apunten el temple, la mano baja y la transmisión. Cuando dejó una entera caída, lo único que vería parte del público –de sol los más- fue que el toro moría rápidamente, y por eso le pidieron la oreja.



6° para Corpas: fue el otro de El Torreón, con 548 kilos, colorado ojo de perdiz, tocado de velas, manso y embestidor; un toro posibilista. Había toro para hartarse. Sin limpieza y desde fuera, Paco aprovechó demasiado el viaje, sin profundidad ni apariencia de dominio. Es verdad que el toro punteaba en los finales –por eso le enganchó tanto la muleta- pero no tuvo malas intenciones jamás. Terminó el matador acortando terrenos. Pinchazo sin pasar, entera baja y aviso. Hubo más toros que toreros y por lo mismo la gente, los aficionados, salimos discutiendo de toros. ¡Bendita pasión, cuando existe!

Fuente: cope.

Video: Opinan los aficionados: http://www.burladero.com/sanisidro/videos/011795/opinan/aficionados/san/isidro

Fotos: http://www.mundotoro.com/auxiliar/galerias2010/madrid280510/index.html

Nota: La ganadería de la 24ª de Madrid ya no será Adolfo Martín sino Marqués de Domecq, pues sólo dos toros habían sido aprobados. .