martes, 27 de noviembre de 2012

Faenón de escapulario malogrado con la espada

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Era para el oro la faena, faenón digo mejor, de Miguel Ángel Perera ayer en Acho. De lejos, y lo dije en la transmisión de la corrida, la mejor tarde que ha dado el de Puebla del Prior en Lima.

Su toreo tuvo, como es conocido en él, profundidad, mano baja, temple y trazo largo pero esta vez con un valor agregado que le ha dado una dimensión de figurón del toreo por capacidad y resolución pero más que eso, por encontrarse hoy en sazón de artista. El Miguel Ángel de hoy interpreta el toreo, que no es más que sentirlo y ser capaz de hacerlo trascender.

Esta vez tocó, pulseó y condujo con sutileza y firmeza, con suavidad y contundencia, con gusto y sapiencia. No desaprovechó ni una sola de las embestidas de sus toros. Una pena porque era el oro, sí el escapulario de oro lo que se le fue de entre los dedos a Perera.

Faena esa del quinto que tuvo variedad y concepto, estructura. Qué gaoneras se pegó, dejándose ver en el citar, como una hermosa obra de Benlliure. Y su muleta pareció ser un pincel con el que hacía honor a su nombre. No fue un toro fácil, pero con su técnica resolvió todo a favor de un triunfo que la espada no quiso consagrar. Pero hasta ello, regaló muletazos que tuvieron su mayor tesitura en los circulares y el arrimón que se pegó luego que le costaron dos arremetidas del toro porque entre ellos no había espacio, no pasaba ni el viento. El público puesto en pie ovacionaba y gritaba ¡torero-torero!

Aunque sendas vueltas al ruedo resumen su tarde, las únicas que se dieron en toda la corrida, su entrega hoy quintaesenció el toreo.

El Fandi, entregado y especialmente lucido en banderillas tuvo en su primero un toro manejable pero lo pasó despegadillo al noblote. Con el otro no tuvo material, reponía y se quedaba por abajo. No fue una tarde afortunada del grandino.

Lamentable que el peor lote cayera en manos de Alejandro Talavante. Ganas tenía Acho de verlo repetir el triunfo del año pasado y paladear su toreo de entrega, hondura y fantasía. Pero no pudo ser. Material imposible, mansurrones que huían al segundo muletazos o aquel que no tuvo contenido.

Decepción con el juego del encierro de San Sebastián de las Palmas, no estuvieron en la presentación del indultado hace dos domingos, tampoco en su línea de bravura. Disparejos, nobles, pero manseando algunos.

Fue la de ayer una tarde ligera, se pasó pronto, pero que dejará la historia marcada en el quinto de la tarde.