jueves, 31 de julio de 2014

Más que un brindis

En la final del certamen televisado desde España en la que triunfó el novillero peruano Joaquín Galdós, antes de iniciar su faena de muleta al que le cortaría las dos orejas, hizo un brindis a su competidor en la profesión, el también novillero peruano Andrés Roca Rey.

Le dijo por el micrófono de la televisión autonómica andaluza: "para que pronto podamos competir en la plaza de nuestros sueños que es la plaza de toros de Acho, que es nuestra".

Y es que a los dos jóvenes toreros peruanos les bulle la sangre cada vez que piensan que pueden torear y verse las caras en el histórico ruedo bajopontino, plaza donde han crecido su afición desde niños, y donde sueñan torear y triunfar, por ellos, para ellos, y por la afición de Acho que es, cómo no, un crisol de nuestras identidades taurinas en la piel de toro nacional.

Pueden, porque en sus últimas temporadas como novilleros sin caballos realizadas en España y Francia han hecho los méritos suficientes para ello.

Ahora que ya Andrés pasó a ser un novillero que despache novilladas con picadores, lo que implica matar novillos con más edad y trapío que requieren ser picados, y Galdós está por subir ese escalón el 17 de agosto en Málaga, no sólo pueden sino que deben estar anunciados en nuestra Feria del Señor de los Milagros.

Es el sueño de ellos pero también es la ilusión de los aficionados peruanos ver a sus dos figuras novilleriles de hoy anunciarse en la feria más importante del país.

Leo entre líneas, intento ir más allá de sus palabras y me lanzo a creer que lo dicho por Galdós más que un brindis es un reclamo –y público- a la nueva arrendataria de Acho. Y con los argumentos que tiene un torero para pegar el puñetazo en la mesa: Con capote, muleta y estoque. Toreando, triunfando. Son nuestros toreros, son peruanos, merecen el sitio y el respeto, en forma y fondo.

Nuestra fiesta necesita de ídolos como revulsivo. Nuestra afición los quiere ver y nuestra fiesta los necesita.




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