sábado, 13 de agosto de 2016

Galdós protagonista en diario galo, de París a Lima



En París no hay toros, pero los hubo. La prueba de ello es esta foto en la que el coso estaba al lado de la Torre Eiffel. 


Y es ahí, en París, donde este artículo se gestó, y que fuera publicado en el diario Sudouest galo, y que cuenta la historia de un torero peruano, días antes del triunfo de Joaquin Galdós en Dax.


La traducción es del taurino Carlos Musse. Que lo disfrutes.  


Por todo el oro del Peru.

Joaquin Galdos, El joven prodigio peruano que estaba destinado a un brillante futuro como economista. A pesar de las dudas de su padre, élse ha afirmado sobre la arena.

Paris, Place de l'Étoile, Jueves 3 de marzo del 2016. 13h15' 7 ° C. Se encuentran delante del restaurante le Publicis Drugstore, la esposa de Angel Gomez Escorial, quien espera alegremente una noticia, Angel, exmatador de toros, uno de los profesores de la escuela taurina Fundación El Juli, y el novillero peruano Joaquín Galdós. Sobre la fachada del restaurante está escrito "Atelier Robuchon". Es entonces que el teléfono de Galdós suena, es la llamada de su papá desde Perú: "si papá, llegué bien a Paris, estamos en el Arco del triunfo…". La conversación termina y Joaquín nos hace la seña de entrar. "Papá me ha dicho que el conoció a Robuchon cuando el visitó Lima para dar clases de cocina francesa. Comimos ahí. Papá se ocupó de todo.

Alfredo Galdós, ex matador de toros y dueño de la ganadería Santa Rosa es un padre preocupado y calmado al mismo tiempo. Como torero, él sabe todo lo que puede suceder en esta carrera y como padre, él está ahora apoyando la vocación de su hijo.

Nacido el 1° de setiembre de 1995, Joaquín Galdós comenzó a torear vacas a los 8 años. Realizó sus estudios de forma brillante para orientarse profesionalmente a la economía, incluso estudiaría en Estados Unidos, pero el "demonio de la muleta" lo devoró antes. Les dijo a sus padres que quería probarse en España, la cuna del toreo. Una tarde, su papá tomó la decisión, llamo a su amigo Angel Gomez Escorial: "te lo voy a dejar por dos meses, haz todo para que decline".

Joaquín llega a Madrid, Angel lo toma bajo su protección pero le aplica peores tratos posibles: alojamiento con decenas de aprendices de torero en Arganda del Rey, donde está localizada la Fundación taurina del Juli, cocinarse, lavarse la ropa, bañarse al alba, realizar carreras interminables, entrenamientos cuando el sol estaba en pleno, privaciones, injusticias, etc. Un verdadero calvario, un régimen que haría quebrarse a los más duros. En Lima, en la residencia de sus padres, Joaquín tenía dos empleadas a su servicio. Sin embargo, Joaquín no se quebró e incluso el pidió las vacas más grandes, y las toreó cuando los otros no pudieron.

No quedaba mucho por hacer para Angel Gomez Escorial, no tenía más que un cartucho, máximo dos.  Le soltaría a Joaquín un par de toros de la ganadería de uno de sus amigos, toros a los cuales tendría que torear y dar muerte. Si todo salía bien, es decir "Si le iba mal", la mañana siguiente llamaría al padre de Joaquín; le diría que el resultado es negativo y que podría inscribir a su hijo en la Universidad de Yale.

Por todo el oro del Perú, Joaquín aun no regresa. Papá y Mamá tomaron el avión para verlo debutar en una novillada con picadores en Málaga el 17 de julio del 2014. El año siguiente, estuvieron en Madrid, para su presentación en Las Ventas. Han seguido su marcha triunfal el todas las plazas del Sudoeste de Francia.

En setiembre del 2015, Joaquín partió a Italia, país de origen de su madre, para poder tramitar el pasaporte y la doble nacionalidad. Europeo entonces, tendrá más facilidades para poder torear en el viejo continente.

Hace dos meses, en Istres, a puertas de Marsella, Jose Maria Manzanares y Lopez Simon le concedieron la alternativa. Los Galdós, presentes en la barrera, no se hubieran perdido nunca eso.